Luz y textura

     
     
  Luz y textura  
  En fotografía, la textura es, lógicamente, una ilusión óptica. La sensación de textura le otorga a la fotografía una capacidad comunicativa extra. A través de ella, el espectador tiene la sensación de reconocer las sensaciones táctiles que experimentaría al tocar una determinada superficie.

En nuestra sociedad existen cada vez más elementos que utilizan texturas falsas. Superficies plastificadas que imitan madera o mármol, papeles pintados que imitan estucados de pared, etc. Plasmar la textura en una fotografía significa otorgarle más realismo y la ilusión óptica de tridimensionalidad.

Para resaltar la textura de una determinada superficie, el elemento más importante es la iluminación. La calidad del objetivo, la exposición correcta y evitar vibraciones en la cámara en el momento de la captura, también son vitales.


En el desierto se pueden producir situaciones de luz poco adecuadas para la práctica fotográfica cuando hay viento de arena. Aprovecha la luz difusa de estas situaciones para mostrar, en planos cortos, la sensualidad de la textura de la arena de una duna.

La dirección de la luz

La dirección de la luz más adecuada para resaltar la textura es la que incide sobre el motivo desde un lado, es decir, la iluminación lateral. La luz lateral potencia la sensación de textura mediante las sombras que la rugosidad del motivo proyecta.

Recuerda que la dirección de la luz se estable en función de la posición de la cámara. Por una dirección lateral se entiende cualquiera que incida desde un ángulo de 45º hasta acercarse al eje de la toma. La posición de la fuente de luz a 45º, con respecto a la posición de la cámara y el motivo, también se denomina luz rasante.

Cuanto más cerca del eje de la toma se encuentre la fuente de luz, más se reduce la sensación de textura en la fotografía. Por el contrario, cuanto más se acerque a la posición rasante, más se acentúa.


En esta secuencia puedes apreciar como la dirección de la luz contribuye a resaltar la textura de este motivo. La riqueza de la textura es directamente proporcional a la dirección de la luz.

Calidad de la luz y textura

Se entiende por calidad las características de la luz que incide sobre el motivo. Generalizando, podrás trabajar con dos calidades básicas de luz: la directa y la difusa.

Luz directa

La luz directa destaca de forma notable la textura, pero proporciona alto contraste. Puedes encontrarte, en determinadas tomas, con sombras sin detalle o con la dificultad de equilibrar las altas luces y las sombras.

Es una iluminación con mucho "carácter" y no resulta fácil aplicarla sobre todos los motivos en los que quieras resaltar la textura. Por sus características, se adapta muy bien a rostros arrugados, ancianos, personajes rudos, etc.

Luz difusa

La luz difusa puedes encontrarla en un día nublado o en el interior de una casa (gracias a la luz que se filtra a través de una cortina, por ejemplo).

Al no tener tanto contraste, esta iluminación te permitirá trabajar con más comodidad y menos problemas técnicos. Muy adecuada para bodegones y retratos de todo tipo, especialmente de niños y bebés, tanto en interiores como en exteriores.




La luz de sol directa provoca sombras duras y aumenta el contraste. La luz difusa suaviza el contraste y reduce la sensación de textura y relieve en la imagen.

La textura a lo largo del día

En función de cómo incida la luz del sol a lo largo del día, un mismo motivo te ofrecerá diferentes posibilidades para mostrar su textura. Por lo general, las situaciones de luz con las que te encontrarás son las siguientes:
  1. Luz difusa: amanecer, crepúsculo o día nublado
  2. Luz dura: durante el día con sol directo


Textura y fondo

Los fondos con textura pueden convertirse en un arma de doble filo. Por una parte pueden añadir interés a la fotografía, pero también pueden distraer la atención del motivo principal. Deberás valorar la importancia y la incidencia de la textura del fondo en la fotografía.


El tamaño del motivo dentro del encuadre también debe ser considerado como un elemento a tener en cuenta. Los motivos principales que ocupen poco espacio en la composición (ya sea por su tamaño o porque sea una toma lejana), si se colocan sobre un fondo con una textura muy evidente, perderán protagonismo.

En general, los fondos con textura tienden a restar protagonismo al motivo principal. En las tomas de retrato, los fondos con textura debes intentar captarlos desenfocados.




Para resaltar la textura de esta rosa y potenciar su protagonismo, se puede utilizar una combinación de velocidad/diafragma que permita desenfocar el fondo. El fondo desenfocado contrasta con la imagen nítida del motivo y éste parece "despegarse" del mismo.


Color y textura

En la mayoría de superficies rugosas no tendrás ningún problema en mostrar tanto el color como la textura, pero existen algunas que te lo pondrán especialmente difícil. Es el caso del cristal, el acero, las joyas, etc. En general, en todas las superficies brillantes resulta complicado mostrar el color y la textura del material al mismo tiempo.

Con los objetos brillantes, en las altas luces resulta casi imposible obtener detalle. Ello comporta que no habrá ni textura ni color. Si realizas una subexposición, quizá mejoren las zonas de brillos, pero sacrificarás el resto de la escena.

Puedes ensayar los resultados de un filtro polarizador. El polarizador te ayudará a controlar los brillos de algunas superficies, peso sólo aquellos que los rayos vibren en la misma dirección. Es decir, puede que elimines el reflejo de una parte del motivo, pero no de otra que esté orientada en otra dirección. Esto suele ocurrir con reflejos en cristales (como ventanas y escaparates), brillos en objetos cromados, etc. El filtro polarizador suele tener un factor de compensación que equivale a unos dos puntos EV.

Si se trata de un objeto o una escena que necesites resolver el problema de los brillos, la textura y el color de forma ineludible, puedes intentar un recurso muy habitual en la fotografía profesional de bodegones.

Necesitarás trípode y que la escena o el motivo esté completamente estático:
  • Realiza una exposición con prioridad a las sombras
  • Toma una segunda captura, exactamente con el mismo encuadre, con prioridad a las altas luces
  • Mediante el Photoshop puedes integrar las dos imágenes en una. Aprovecha las partes mejor expuestas de cada captura al integrar las fotografías






 

Atrás Principal Siguiente